viernes, 5 de diciembre de 2014

El mundo está cambiando.

EL MUNDO ESTA CAMBIANDO.
         Creo que es el nombre de una canción, pero también es una realidad que se vive en cada área de la vida. Hay muchas cosas positivas en estos cambios, pero duele ver los aspectos negativos. Por ejemplo: En mis tiemposh padres, madres y maestros se unían para trabajar por la educación de los hij@s, hoy padres, madres e hijos se unen para restringir la labor del maestro o bien para delegarle toda la responsabilidad de la misma. Hasta una caricatura vi sobre esto. Antes ningún hijo o hija le levantaba la voz a su papá o mamá, ahora son los hij@s los que regañan a los padres en tonos realmente despectivos e hirientes.
          Pero he quedado sumamente sorprendida con las relaciones de pareja, antes el rol del hombre era el de conquistar, buscar e ingeniárselas para deslumbrar a la mujer amada, todos los días. Ningún hombre, que se aprecie de serlo,  puede cansarse de conquistar, de buscar y enamorar a la mujer. Ser ese ser protector, donde la mujer encuentre seguridad, aquel hombre encantador que regale flores y dedique buenas canciones, que escribe cartas de amor y sepa escuchar y hacer reír a esa mujer que para él es única. Y como recompensa recibir de su amada la reciprocidad de sus actos. Por supuesto conservando las diferencias individuales de cada ser, como aquella que se dice que la mujer habla mucho más que el hombre y le gusta ser escuchada, o los cambios emocionales de la mujer debido a las ingratas hormonas. O el respetar el tiempo deportivo para él o su relación con sus amigos. Etc.
      He visto actualmente a un chico que pateaba a su novia porque ella no se quiso dejar acariciar (por llamarlo de algún modo) públicamente. A un hombre que parece la mujer de la pareja pues tiene cambios emocionales constantes. A otro que le gusta ser escuchado pero cuando a él le toca escuchar no lo hace, ni por cortesía. Hombres que en un ataque de cólera, contra otra persona, rematan con su mujer lastimándola. Hombres que solo están felices si se les está dando materialmente pero son incapaces de ellos aportar. Hombres que piden todo, pero no están dispuestos a dar nada. Y lo que más me sorprendió un hombre al que su pareja le rogaba para que le aceptara un regalo (una camisa) y el no quería porque no le gusta cargar bolsas en la mano y en ese instante no cargaba carro. Tal vez la camisa era de paca, o no era la marca que a él le gusta, pero no sabía con que amor y sacrificio su chica se la compró, porque no darle las gracias aunque lejos de ella la tirara. Por simple cortesía.
       Quizá el mundo cambio tanto y yo me quede muy atrás?  Pero sigo siendo de las personas que cree que el respeto debe prevalecer en todas las áreas, entre padres e hijos, entre la pareja, entre amigos… de las que creen que ser pareja es una cuestión de dos personas procurando el bienestar de la otra y que cuando esto ya no funciona seguir respetándose. Que creen que el hombre es el conquistador porque a la mujer le gusta ser conquistada. Quizá pensé que el hombre siempre iba a ser un caballero y ahora solo son hombres.
      AH! Pero me alegró hablar con un hombre joven que me dijo “yo sé enamorar” y me dio su secreto para conquistar: ser un buen escucha, un cómico y detallista. Y yo le pregunte y la mujer que debe hacer para enamorar y me contestó “ser simplemente mujer”. Y sobre esa última frase sale otro buen artículo para escribir.

   Ojalá los hombres que saben ser caballeros no cambien con el mundo, sino que transmitan su caballerosidad a sus generaciones, y las mujeres sepamos enseñar a nuestras hijas a ser mujeres, simplemente mujeres.