El año 2000 fue un año esperado y
comentado por muchos, se oían rumores del fin del mundo. Para muchos quizá lo
fue, para mí fue el final de una etapa y el principio de otra. Regresamos de
nuestra acostumbrada excursión de año de la escuela, en el mes de agosto. Yo
había estado encargada de la parte económica del viaje y resulte pagando de mi
bolsa porque no se ajusto el dinero, al día siguiente del viaje un dolor
abdominal me empezó a afectar, como
padecía de gastritis no le puse mucho asunto. Cuando el dolor se volvió más
fuerte me tuvieron que inyectar y al pasar el efecto de la inyección sacarme a
la capital pues mi situación se volvía cada vez peor. Acudimos a mi medico
favorito, (es que es mi primo Mauricio) y el dijo que había que llevarme a un
hospital de emergencia, lo que él esperaba salió cierto tenía una peritonitis,
mi apéndice exploto e infecto mi cuerpo, a media operación los médicos dijeron
que clínicamente estaba muerta, pero mi primo les pidió que concluyeran la
operación como si estuviera viva, cosa que así hicieron.
Voy a resumirles mi tragedia,
fueron 9 días en intensivo, con una lista interminable de enfermedades y 4
operaciones, la quinta ya no me pusieron anestesia pues era más fácil que me
muriera, así que la hicieron sin anestesia. Mi mayor pena era mi hija María
Isabel, una pequeña, en ese entonces de 7 años, de la que jamás me había
separado ni una sola noche. A quien no se la recomendaba? Recuerdo muy bien la
cara de mis padrinos cuando les dije antes de entrar a la sala de operaciones
que se las dejaba.
Vi muchas cosas que sucedía a mi
alrededor, pero las veía de arriba y no en la postura de acostada, no sentía frío
ni calor, no sentía la cama donde estaba acostada, no sentía ni los cables que
tenía en todo mi cuerpo que me mantenían conectada a muchas maquinas; mis
hermanos se turnaban para cuidarme durante la noche y mi cuñada y amigos
durante el día, mi mamá cuidaba de mi hija. Pude ver muchas cosas durante este
periodo de mi vida y son innumerables los milagros de Dios que pude ver. Siempre creí que solo lloraban los débiles y
al quinto día de estar en intensivo volví a sentir la cama, sentí como alguien
me depositaba suavemente sobre ella, volvió el dolor, el frio, el hambre y algo
muy extraño las lágrimas me brotaban aun sin querer. Que deseos tan grandes de
tomarme una delaware ponch (una gaseosa que había ya muy pocas en esa
época) un medico dijo “denle de todas
formas se va a morir” según él. Y me tome un taponcito de agua y hasta hoy me
dan ganas de ella.
Mientras estaba hospitalizada uno
de mis mejores amigos Ramón me presentó
a su novia (hoy su esposa y mi amiga Silvana) y me dijo “cúrese rápido porque
nos vamos a casar y queremos que nos acompañe”, Juanita (una amiga) Y mi cuñada
Jessica, después de 9 años, resultaron embarazadas-
Una mañana avisaron del hospital
que tenía que pagar una pequeña factura y que si no tenia para seguir pagando que me fuera a
morir a un hospital nacional. Casi me vuelvo a morir del susto de la cuenta, el
total ascendió a Q.50,000.00. Apareció mi tío Fernando que me dijo “tenía tanto tiempo de no verte y no te he
dado regalo de navidad y de cumpleaños durante estos años y aquí te dejo”, mi
primo Julio, mis padrinos, mis hermanos y un poco que tenía yo, sirvieron para
pagar la deuda. Salí a los 9 días de intensivo directo a la casa de mi hermano
Luis, pues ya no había dinero para pagar un tiempo en sala de recuperación,
enseñaron los médicos a Jessica a
curarme pues no se puedo suturar la herida y tuvo que cicatrizar así. El 28 de
octubre regrese a mi casa, por cierto mi casa la estaba casi estrenando pues en
agosto del 99 me había pasado a ella, la debía casi toda, pero hoy ya tengo casa
propia.
Han pasado casi 14 años de cuando unos hombres dijeron “está
muerta” y Dios me dijo “estas viva”. 14 años en que cada vez que despierto digo
“Gracias Dios por otra oportunidad más”, aprendí que los milagros de Dios están
en todos lados, como cuando no tengo dinero y me pongo una chumpa y en la bolsa
encuentro 20, 10 o 50 quetzales, (la cantidad no importa, importa el milagro)
como cuando no sucede lo que quiero, porque después sucede algo mejor, como cuando
me llega una provisión de comida que no esperaba, como cuando se me presenta
una oportunidad de trabajo, o como el año pasado que Dios me regala la
oportunidad de estudiar el Padep.
Aprendí a apreciar lo bello de
una tarde de verano con celajes viendo el paisaje que esta frente a mi casa,
que nada tiene más valor que meternos en la cama de mi mamá, juntas ella, mi
hija y yo a contar las aventuras del día, o cualquier día en el que comemos el
recalentado en la sala de la casa con mis hermanos y sus familias y solo
cambiamos de lugar pero nadie se va del grupo riendo, recordando y platicando
lo mejor del momento, valoro a esos amigos que aunque no estén físicamente se
que cuento con ellos, a esa familia que está lejos pero tan cerca, aprendí a
llorar y ahora lloro por todo, aprendí que debo tener tiempo para mi, aprendí a
dar gracias por todos los regalos que Dios me da a cada instante.
¿Que fallo y cometo muchos
errores? SI¡es cierto!. Pero también aprendí que puedo venir confiadamente ante el
trono de la gracia de mi padre, mi Dios y pedirle perdón y obtenerlo. Aprendí
que sin Dios nada soy, aprendí a compartir donde quiera que esté lo que El ha
hecho en mi. y a saber que mi trabajo,
lo hago como para El, que es El quien cuida mi hija, que me dio una vida para
administrarla y que con todo lo imperfecta que soy me ama. Y por eso es que le agradezco y le canto como
dice ese canto “Que bueno que tengo un día más para adorarte, que bueno que
tengo un día más para agradecerte. Un día más te adoro Dios.”
Tengo tanto que contar y tanto que
agradecer de lo que Dios ha hecho en mí. Pero mi mayor deseo es que sepan que
ese Dios que me ha dado tanto también quiere y puede dárselo a todo el que le
busque y establezca una relación personal con El, no una religión, no una
costumbre sino una relación intima con El. Y desde el fondo de mi corazón los
invito a no tardar mas y hacerlo ahora mismo, empezar a vivir con Dios en su
corazón.
Dos regalos juntos mi hija y el mar |
Ver jugar a este par como cuando eran bebecitas. Grissell y María Isabel, es un regalo hermoso |
mmmmmmmmm....que regalazo |
Las granizadas en familia. |
Todos venimos a este mundo con un propósito, y no nos vamos hasta que lo cumplamos, ¿Ya sabe cual es el que Dios le encomendó? Me encanta como escribe, esa facilidad de mantenerlo a uno atento a toda la historia, aproveche ese don que Dios le dio, escriba mas, seré su Fan.
ResponderEliminarGracias Licenciado por haberse tomado el tiempo para leerlo. y muchas mas gracias por sus palabras.
ResponderEliminarHola Lucy, no cabe duda que las maravillas de Dios sobrepasan, que Dios nos tiene en su mano y que su tiempo no es el nuestro. A seguir compartiendo tu experiencia para que muchos más crean que nuestro Padre es grande y perfecto. Te mando un fuerte abrazo y a seguir disfrutando de las cosas y personas maravillosas que te rodean.
ResponderEliminarGracias Claudia. Así es Dios, que sobrepasa todas nuestras espectativas. Dios te bendiga.
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