miércoles, 19 de febrero de 2014

UNA NUEVA OPORTUNIDAD

             El año 2000 fue un año esperado y comentado por muchos, se oían rumores del fin del mundo. Para muchos quizá lo fue, para mí fue el final de una etapa y el principio de otra. Regresamos de nuestra acostumbrada excursión de año de la escuela, en el mes de agosto. Yo había estado encargada de la parte económica del viaje y resulte pagando de mi bolsa porque no se ajusto el dinero, al día siguiente del viaje un dolor abdominal me empezó a afectar,  como padecía de gastritis no le puse mucho asunto. Cuando el dolor se volvió más fuerte me tuvieron que inyectar y al pasar el efecto de la inyección sacarme a la capital pues mi situación se volvía cada vez peor. Acudimos a mi medico favorito, (es que es mi primo Mauricio) y el dijo que había que llevarme a un hospital de emergencia, lo que él esperaba salió cierto tenía una peritonitis, mi apéndice exploto e infecto mi cuerpo, a media operación los médicos dijeron que clínicamente estaba muerta, pero mi primo les pidió que concluyeran la operación como si estuviera viva, cosa que así hicieron.
              Voy a resumirles mi tragedia, fueron 9 días en intensivo, con una lista interminable de enfermedades y 4 operaciones, la quinta ya no me pusieron anestesia pues era más fácil que me muriera, así que la hicieron sin anestesia. Mi mayor pena era mi hija María Isabel, una pequeña, en ese entonces de 7 años, de la que jamás me había separado ni una sola noche. A quien no se la recomendaba? Recuerdo muy bien la cara de mis padrinos cuando les dije antes de entrar a la sala de operaciones que se las dejaba.
           Vi muchas cosas que sucedía a mi alrededor, pero las veía de arriba y no en la postura de acostada, no sentía frío ni calor, no sentía la cama donde estaba acostada, no sentía ni los cables que tenía en todo mi cuerpo que me mantenían conectada a muchas maquinas; mis hermanos se turnaban para cuidarme durante la noche y mi cuñada y amigos durante el día, mi mamá cuidaba de mi hija. Pude ver muchas cosas durante este periodo de mi vida y son innumerables los milagros de Dios que pude ver.  Siempre creí que solo lloraban los débiles y al quinto día de estar en intensivo volví a sentir la cama, sentí como alguien me depositaba suavemente sobre ella, volvió el dolor, el frio, el hambre y algo muy extraño las lágrimas me brotaban aun sin querer. Que deseos tan grandes de tomarme una delaware ponch (una gaseosa que había ya muy pocas en esa época)  un medico dijo “denle de todas formas se va a morir” según él. Y me tome un taponcito de agua y hasta hoy me dan ganas de ella.
           Mientras estaba hospitalizada uno de mis mejores amigos  Ramón me presentó a su novia (hoy su esposa y mi amiga Silvana) y me dijo “cúrese rápido porque nos vamos a casar y queremos que nos acompañe”, Juanita (una amiga) Y mi cuñada Jessica, después de 9 años, resultaron embarazadas-
Una mañana avisaron del hospital que tenía que pagar una pequeña factura y que si  no tenia para seguir pagando que me fuera a morir a un hospital nacional. Casi me vuelvo a morir del susto de la cuenta, el total ascendió a Q.50,000.00. Apareció mi tío Fernando que me dijo  “tenía tanto tiempo de no verte y no te he dado regalo de navidad y de cumpleaños durante estos años y aquí te dejo”, mi primo Julio, mis padrinos, mis hermanos y un poco que tenía yo, sirvieron para pagar la deuda. Salí a los 9 días de intensivo directo a la casa de mi hermano Luis, pues ya no había dinero para pagar un tiempo en sala de recuperación, enseñaron los médicos a  Jessica a curarme pues no se puedo suturar la herida y tuvo que cicatrizar así. El 28 de octubre regrese a mi casa, por cierto mi casa la estaba casi estrenando pues en agosto del 99 me había pasado a ella, la debía casi toda, pero hoy ya tengo casa propia.
          Han pasado  casi 14 años de cuando unos hombres dijeron “está muerta” y Dios me dijo “estas viva”. 14 años en que cada vez que despierto digo “Gracias Dios por otra oportunidad más”, aprendí que los milagros de Dios están en todos lados, como cuando no tengo dinero y me pongo una chumpa y en la bolsa encuentro 20, 10 o 50 quetzales, (la cantidad no importa, importa el milagro) como cuando no sucede lo que quiero, porque después sucede algo mejor, como cuando me llega una provisión de comida que no esperaba, como cuando se me presenta una oportunidad de trabajo, o como el año pasado que Dios me regala la oportunidad de estudiar el Padep.
             Aprendí a apreciar lo bello de una tarde de verano con celajes viendo el paisaje que esta frente a mi casa, que nada tiene más valor que meternos en la cama de mi mamá, juntas ella, mi hija y yo a contar las aventuras del día, o cualquier día en el que comemos el recalentado en la sala de la casa con mis hermanos y sus familias y solo cambiamos de lugar pero nadie se va del grupo riendo, recordando y platicando lo mejor del momento, valoro a esos amigos que aunque no estén físicamente se que cuento con ellos, a esa familia que está lejos pero tan cerca, aprendí a llorar y ahora lloro por todo, aprendí que debo tener tiempo para mi, aprendí a dar gracias por todos los regalos que Dios me da a cada instante.
         ¿Que fallo y cometo muchos errores? SI¡es cierto!. Pero también aprendí que puedo venir confiadamente ante el trono de la gracia de mi padre, mi Dios y pedirle perdón y obtenerlo. Aprendí que sin Dios nada soy, aprendí a compartir donde quiera que esté lo que El ha hecho en mi.  y a saber que mi trabajo, lo hago como para El, que es El quien cuida mi hija, que me dio una vida para administrarla y que con todo lo imperfecta que soy me ama.  Y por eso es que le agradezco y le canto como dice ese canto “Que bueno que tengo un día más para adorarte, que bueno que tengo un día más para agradecerte. Un día más te adoro Dios.”

           Tengo tanto que contar y tanto que agradecer de lo que Dios ha hecho en mí. Pero mi mayor deseo es que sepan que ese Dios que me ha dado tanto también quiere y puede dárselo a todo el que le busque y establezca una relación personal con El, no una religión, no una costumbre sino una relación intima con El. Y desde el fondo de mi corazón los invito a no tardar mas y hacerlo ahora mismo, empezar a vivir con Dios en su corazón.
Dos regalos juntos mi hija y el mar

Ver jugar  a este par como cuando eran bebecitas. Grissell y María Isabel,  es un regalo hermoso

mmmmmmmmm....que regalazo

Las granizadas en familia.

4 comentarios:

  1. Todos venimos a este mundo con un propósito, y no nos vamos hasta que lo cumplamos, ¿Ya sabe cual es el que Dios le encomendó? Me encanta como escribe, esa facilidad de mantenerlo a uno atento a toda la historia, aproveche ese don que Dios le dio, escriba mas, seré su Fan.

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  2. Gracias Licenciado por haberse tomado el tiempo para leerlo. y muchas mas gracias por sus palabras.

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  3. Hola Lucy, no cabe duda que las maravillas de Dios sobrepasan, que Dios nos tiene en su mano y que su tiempo no es el nuestro. A seguir compartiendo tu experiencia para que muchos más crean que nuestro Padre es grande y perfecto. Te mando un fuerte abrazo y a seguir disfrutando de las cosas y personas maravillosas que te rodean.

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    1. Gracias Claudia. Así es Dios, que sobrepasa todas nuestras espectativas. Dios te bendiga.

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